El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de los hombres, ha llegado.
"Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados... “(Jn 20,21)
Pentecostés, cincuenta días después de la fiesta pascual, cincuenta días de espera que se hacía cada vez más intensa a partir, sobre todo, del día de la Ascensión. Ha sido un período de preparación al gran acontecimiento de la venida del Paráclito. El día de Pentecostés, se rememora ese momento en que se inicia la gran singladura de conducir a todos los hombres a la vida eterna, actualizar en cada uno los méritos de la Redención.