La Congregación de la Hermanas Siervas de María Dolorosa, tuvo sus orígenes en Florencia, Italia en el año 1854. Ellas vivían en comunidad bajo la guía de Sor Verónica Donati, cuidando de la perfección personal y dedicándose a la educación de los niños pobres.
Durante los años 1858-1859 por primera vez el grupo recibe el nombre de Hermanas bajo el título de María S.S. Dolorosa, siendo nombrada Sor Verónica Donati Madre Superiora. Sin embargo, algunos años más tarde la Congregación entra en una aguda crisis interna que obliga a ésta dejar su cargo.
Los Padres Siervos de María del Convento de la S.S. Anunzziata, que seguían con fe y esperanza los primeros pasos de este grupo, formado al interior de la Orden, pensaron dejar el grupo al cuidado de Sor Juliana Signori. . Ella acepta el desafío, empeñando toda su persona por hacer renacer a la Congregación, dándole fisonomía propia, en fidelidad al carisma servitario. A su muerte, ocurrida en 1873, la Congregación ya había iniciado su expansión.
1854 - 2006
Durante el año 1876, fueron afiliadas a la Orden de los Siervos de María y un año más tarde reciben de manos del Arzobispo la primera REGLA DE VIDA. Dedicándose a la educación de los niños y al cuidado de los pobres, la Agrupación tuvo un rápido incremento y numerosas fueron las fundaciones en Toscana y otras regiones de Italia.
El año 1938 la Congregación extiende sus servicios apostólicos a Chile; dividiendo sus servicios entre Santiago y Puerto Aysén. Sus primeros pasos estuvieron dirigidos al cuidado de los enfermos del hospital de esta última localidad y más tarde se harían cargo del Colegio Internado de Puerto Aysén llamado San José.
Mientras tanto, en Santiago, las otras hermanas se hicieron cargo de algunas escuelas al tiempo que prestaban sus servicios a los alumnos que veraneaban en los balnearios de Cartagena, Recreo, Llo-Lleo y Aculeo. Durante 1959 las religiosas se retiran de estos sectores para dirigirse a Coyhaique, en donde se harían cargo del Colegio General Baquedano.
Las actividades se extendieron a la Parroquia y a misiones hacia Puerto Ibañez, El Blanco, Chaitén, Melinka y Balmaceda. Después de las clases, las religiosas visitaban a los enfermos y a las mujeres en la cárcel para enseñar tejido y bordado.
Durante el año 1960 en Santiago, se abrió la Escuela Mater Dolorosa, en la Población Victoria de Conchalí. Tras los años del Concilio Vaticano II, las hermanas se ven obligadas a reducir el campo de acción, permaneciendo en sus manos la actual escuela Mater Dei de Coyhaique y Mater Dolorosa de Santiago. Dos grandes colegios con mucha Historia.